Svenson es una joven periodista que está investigando la desaparición ocurrida dos décadas antes, de una mujer en circunstancias muy extrañas. El azar hace que visite la casa donde tuvo lugar ese suceso justo en el instante en que se encuentra en la finca su actual propietario, Arom Partenios, que no duda en invitarla a salir de ella de forma inmediata y sin ningún tipo de información. Ese encuentro despertará la curiosidad de Arom que, sin quererlo, al contactar de nuevo con Corliss, pondrá su vida en peligro y se verá en la obligación moral de protegerla. Esto ocurre en el peor momento posible, ya que en la ciudad de Londres están teniendo lugar una serie de sangrientos ataques que son el preludio de la guerra que está a punto de desencadenarse por el control de la ciudad. Atrox mantiene a raya su verdadera personalidad, la de hombre lobo, bajo la apariencia de un guapo y acaudalado empresario. Normal que Corliss, de origen mucho más humilde y mucho más joven -unos cinco siglos, aproximadamente- se sienta atraída enseguida por Arom, y eso que desconoce el secreto, por no llamarlo maldición, que arrastra desde que era apenas un niño. La atracción entre ellos es inmediata y quizás eso ha sido una de las cosas que menos me ha convencido de toda la novela, pero tengo que admitir que en compensación, he disfrutado mucho de las escenas de acción y de las escenas de sexo, narradas con mucha sensualidad y erotismo. Creo que la autora logra desarrollar con acierto la trama para poder adecuar la historia de amor entre un licántropo y una humana. Llegar a ese punto intermedio en que esa relación sea posible no es fácil, pero creo que Jezz logra encontrar ese equilibrio. También he disfrutado los pasajes que se centran en explicar todo lo relacionado con la vida de estos licántropos: la forma en que se convierten, sus rituales y cómo mueren. Es inevitable que aparezcan en escena personajes secundarios que enriquecen la historia. En concreto, en esta entrega tienen mucho peso dos de ellos: Varulf, un sueco con poderes sobrenaturales extraordinarios y Amarok, un indio nagual que posee un corazón de oro. De los dos, el primero es el que ha captado mi atención y es el encargado de darle un toque de humor a la novela con sus fanfarronadas, su toque chulesco y ese el halo misterioso que le rodea, sin embargo, como prefiero leer las novelas en orden, seguiré por la tercera entrega de la serie, que si no tengo mal entendido, se centra en la historia de Amarok.