Literatura y vida se mezclan en los diecinueve ensayos que componen el libro El poeta que prefería ser nadie, de Jaime Fernández, pero en modo alguno se agotan en sus páginas. Cada uno de ellos es un puente para cruzar a orillas donde explorar otras lecturas. Más que ofrecer respuestas, su autor sugiere ideas en torno a cue stiones que en algunos casos trascienden el mero hecho literario, como la necesidad de contar historias, el problemático antagonismo entre imagen y palabra, la oportunidad del hablar y del callar, “el descenso al mundo de los muertos y el regreso al hogar” –los dos temas fundamentales para el escritor, según Sándor Marai- o el compromiso con los libros que leemos.