A partir del estudio de diferentes organizaci ones consagradas a la formación de personas excepcionales en los ámbitos de las ciencias, las artes, el deporte y los negocios, Daniel Coyle concluye que el talento no es innato y que no viene determinado por el código genético. El autor demuestra que, combinando la motivación con un exhaustivo entrenamiento y la puesta en práctica de estos consejos, el cerebro se desarrolla y termina por adquirir un dominio sobre una materia del que antes carecía.