El mejor alcalde, el rey ha suscitado desde hace siglos los más encendidos elogios de la crítica, que la han calificado de "obra maestra" y "acierto definitivo" de su autor, Lope de Vega. Partiendo de un tipo de drama barroco en el que el proyecto sentimental de unos protagonistas es entorpecido por un hombre poderoso, Lope adapata aquí sus preocupaciones estéticas e ideológicas a un conmovedor caso de amor y honra para impartir doctrina política: la relativa a la monarquía como garantía y defensa del orden social. Pero más allá de esto, su arte logra poner en pie sobre la escena la apasionada vida de la España del siglo XVII, al tiempo que un suceso particular le sirve de base para las más profundas reflexiones sobre la naturaleza humana y sobre la verdad. Juan María Marín, catedrático de I.N.B., a quien debemos algunas de las mejores ediciones de comedias lopescas, resume en ésta las principales claves de su significación ideológica y estética.