Me gusta regalar libros, imagino que como a cualquier otro lector empedernido. Y éste es el libro que siempre escojo (eso sí, si tengo la suerte de encontrarlo) cuando algún amigo ha tenido un accidente, está enfermo..., o por cualquier motivo ha de estar un tiempo en cama o postrado en un sillón. Y es que el libro no tiene desperdicio. Está hecho a base de obritas de teatro de unas cuatro páginas, cuentos cortos, artículos, supuestos descubrimientos, máximas, jeroglíficos... en definitiva, material diverso, con el común denominador de un humorismo inmune al paso del tiempo, a cargo del (a mi juicio) mejor humorista que ha dado la literatura española. Tan difícil de encontrar como recomendable.
hace 12 años