Pierre Loti advierte al lector que “no hallará en este libro ni terribles aventuras, ni cacerías extraordinarias, ni peligros, ni descubrimientos. No; sólo la fantasía de un lento paseo, el paseo balanceante de los camellos, en el infinito del desierto rojizo...” Loti sabe comunicar admirablemente el infinito mundo de sensaciones que despierta una travesía del desierto y su magia evocadora subyuga al lector desde las primeras líneas de su relato.