Una novela como ésta representa un magnífico ejemplo de la crisis editorial. No me imagino a un lector profesional de Tusquets proponiendo la publicación de "El crimen del lago". Me atrevo a extender tal suposición a la obra completa de Qiu Xiaolong, quien construye una trama simple hasta lo ordinario con un estilo propio de un colegial. Dejando a un lado la inserción insólita por incomprensible de poema tras poema, algunos de los detalles clave de la narración producen sonrojo. Una única cuestión interesante: el reflejo de la sociedad china contemporánea.
hace 7 años