Susan Ryeland, insatisfecha con su nueva vida en Creta, echa de menos Londres. Un día, recibe la visita de Lawrence y Pauline Treherne, propietarios de Branlow Hall, un lujoso hotel en Inglaterra. El matrimonio pide ayuda a Susan para encontrar a su hija. Cecily desapareció poco después de asegurar a sus padres que el hombre que cumple condena por un crimen cometido en su establecimiento es inocente.
El día de la boda de Cecily, hace ocho años, Frank Parris, huésped del hotel, fue brutalmente asesinado a golpes en su habitación. Uno de los miembros del personal, Stefan Codrescu, fue declarado culpable y cumple condena en la cárcel. Sin embargo, después de leer la novela del difunto escritor Alan Conway, inspirada en el asesinato de Parris, Cecily se declaró convencida de la inocencia de Codrescu. Susan era la editora de Conway, por eso la pareja ha viajado a Creta; tal vez ella sea capaz de releer su novela y descifrar el misterio.
De vuelta en Inglaterra, Susan se instala en Branlow Hall, donde es recibida con hostilidad, evasivas e intentos de manipulación. Un asesino anda suelto.