¿Qué une a Downton Abbey con uno de los descubrimientos arqueológicos más legendarios de la historia? El conde y el faraón, de la condesa de Carnarvon, nos abre las puertas de Highclere Castle y de la apasionante vida de George Herbert, Vº conde de Carnarvon, el hombre que hizo posible hallar la tumba de Tutankamón.

Lady Fiona, actual condesa de Carnarvon, ya había firmado como autora varios exitosos libros históricos y de ficción que tienen como escenario el Castillo de Highclere, residencia de los sucesivos condes de Carnarvon desde hace 300 años. El castillo ha servido de escenario para la mítica serie Downton Abbey, así que se ha hecho conocido en el mundo entero.

Ahora, en un arduo trabajo de investigación, ha buceado en los documentos familiares del castillo (cartas, diarios, libros de cuentas…) y en docenas de otros documentos y publicaciones para escribir la biografía del Vº Conde de Carvarnon, George Edward Stanhope Molyneux Herbert, Porchey en su infancia y más tarde simplemente Carvarnon, que se hizo famoso por financiar las excavaciones que dieron lugar al descubrimiento, junto a Howard Carter, de la tumba de Tutankamón en 1922, un hecho que ocupó las portadas de los periódicos en todo el mundo y del que todavía hoy en día persiste la creencia en maldiciones y desgracias asociadas al mismo.

Aunque este hecho quizá sea el más conocido de su trayectoria para el público, su vida está plagada de episodios y aventuras interesantes; tenía múltiples intereses, dado que era un entusiasta de las nuevas tecnologías, así pues, la fotografía, los caballos, las carreras, los coches, los aviones, la egiptología y postreramente el coleccionismo de antigüedades le proporcionaban el desahogo que necesitaba. Su madre murió tras el parto de su hermano, cuando él solo contaba con diez años, y toda su vida estuvo marcada por este hecho según su hermana mayor, que se preguntaba si la continua enfermedad era la que lo impulsaba a llenar cada minuto del día o si esa inquietud provenía de la temprana perdida de su madre. Enfermizo, padecía bronquitis muy a menudo, mal estudiante, aficionado al juego, las carreras y a las veladas de excesos, durante su juventud Porchey era un constante dolor de cabeza para su padre el IVº conde de Carnarvon. Sin embargo, su encanto natural y don de gentes siempre le libraban de las consecuencias. Será mas adelante, en su mayoría de edad, cuando “descubra la lectura” de tal modo que el ocioso se lanzará con avidez a la búsqueda del conocimiento. A sus 24 años, muere su padre y pasa a ser el Vº Conde de Carvarnon.

En este libro, a medida que se avanza en la biografía del personaje se van relatando los diversos acontecimientos históricos que tenían lugar en el mundo, en muchos de los cuales Carnarvon tuvo implicación directa. Representa un paseo por la historia del Reino Unido y del mundo en las décadas finales del siglo XIX y las primeras del siglo XX: la vida en la época victoriana de la nobleza inglesa de rancio abolengo, la revolución turca, el desarrollo técnico de la fotografía, de los automóviles y los aviones, la Gran Guerra (I guerra mundial), la gripe española, la locura por la egiptología y muchos otros.

La biografía está estructurada en 40 capítulos, todos ellos con título y encabezados por una fotografía que captura el tiempo y la esencia de lo narrado en él, a través de descripciones detalladas pero elegantes, sin excesos, la trayectoria de este hombre de vida rápida, hedonista pero comprometido, resulta fascinante. El libro se corona con una serie de fotografías y una bibliografía en la que se pueden encontrar otras obras imprescindibles para la comprensión de la historia y la egiptología. Es un tesoro, como los que hallaron Carvarnon y Carter en la tumba de Tutankamón, que no solo revela la historia de un hombre extraordinario, sino que también nos transporta a los grandes momentos de su tiempo.

El conde y el faraón es, en definitiva, un tesoro literario que combina historia, biografía y arqueología en un relato fascinante. Un libro que no solo nos permite conocer al hombre detrás del mito, sino que también nos transporta a los grandes momentos que definieron su época. (Inma Muñoz, 17 de septiembre de 2025)