La autora, Ana María Rodríguez, es una mujer independiente y luchadora, que ha combinado con suma discreción su dimensión como personaje público (estuvo casada con el político José Bono, del que se divorció hace ahora cuatro años) con su actividad profesional (es representante de una de las principales marcas de joyería en España) y su vida familiar. Hoy, en plena madurez, gracias a una actitud tolerante, a la capacidad de diálogo y al sentido común, ha sabido solventar una situación vital complicada y continúa apostando por el futuro, siempre con espíritu positivo y el propósito inquebrantable de alcanzar la felicidad. La empresaria se adentra en una segunda juventud, con el convencimiento de que, con la experiencia y el conocimiento adecuados, con las prioridades bien situadas, todavía hay mucho que aportar. Porque a veces las segundas partes son las buenas.