Madrid, verano de 1917. Europa se desangra en una cruel guerra y el proletariado se prepara para una gran huelga general que logre derrumbar el caduco sistema político que tiene a la monarquía de Alfonso XIII como piedra angular. El veterano sindicalista Salvador Azuaga, el Francés, trata de convencer a los patronos para que consientan en mejorar las condiciones laborales de los obreros que se emplean en las obras del nuevo Metropolitano, consciente de que la lucha pacifista es la única arma de la revolución. A su vez, el conde de Peralta es el líder de una conspiración para asesinar al delegado sindical y descabezar así el movimiento obrero. En este ambiente convulsivo se hace tristemente famoso el Vampiro de Cuatro Caminos, un asesino de mujeres que acecha a sus víctimas en los oscuros callejones de la villa y que trae en jaque al inspector jefe Agapito Antúnez y a su ayudante, el psiquiatra Mariano Mangas, seguidor de las doctrinas de Sigmund Freud.
Mientras los aristócratas, comandados por el conde de Peñalta, esperan la llegada del pistolero que resuelva sus asuntos, Ramiro llega al Ateneo de Cultura Literaria de Lavapiés. Sus propósitos ocultos se encuentran con las ilusiones de la inocente Cloe, sobrina de Salvador Azuaga, que instruye a los obreros para crear una sociedad más culta.