El asesinato de Claudia Morante pone en jaque al inspector Sobrado y a sus hombres. Ignacio Lama, joven ejecutivo del sector financiero cuyos únicos intereses son las mujeres y el dinero, y último amante de la víctima, es su máximo sospechoso. Su implicación en el asesinato precipita los acontecimientos y pone en peligro su plan para chantajear a los directivos del banco donde trabaja. Mientras los bonos basura arrastran a la entidad bancaria a una deuda millonaria, Sobrado investiga el caso a contrarreloj para descubrir la oscura trama de Estado que se teje tras el Dam, el bar de copas donde Ignacio y Claudia solían acudir en sus noches de juerga.