La carrera profesional de Florence Lovelady llegó a lo más alto cuando treinta años atras ella misma dirigió el arresto de Larry Grassbrook, un fabricante de ataúdes y asesino en serie. Como algo propio de nuestras peores pesadillas, las víctimas eran niños y fueron enterrados vivos. Florence resolvió el misterio y encerró a Larry en la cárcel durante el resto de su vida, justo antes de que más niños fueran asesinados. Pero ahora, treinta años más tarde, Larry ha muerto y los eventos del pasado se comienzan a repetir. ¿Hay alguien copiando los asesinatos cometidos por Larry? ¿O estuvo Florence equivocada durante todos estos años? Pero cuando su propio hijo desaparece en circunstancias similares, el caso no solo es que vuelva a abrirse, ahora es personal. ¿Hay algo mucho más siniestro y macabro en juego?