Según la policía, Alexandra Cooper, fiscal en jefe de delitos sexuales, es el cadáver que ha sido hallado en los alrededores de su casa de verano. La víctima tenía el rostro totalmente desfigurado por un tiro e iba indocumentada. Pero Alex no está muerta en absoluto, y mucho se teme que el cadáver sea el de su amiga Isabella, una famosa estrella de cine a quien le había dejado su casa para pasar una temporada. Alex reflexiona sobre la posibilidad de que tal vez dispararan contra Isabella por error creyendo que lo hacían contra ella. Y si fue así, podrían volver a intentarlo... y esta vez no salvarse. Recurre entonces a su amigo y policía Mike Chapman y juntos emprenden una ardua tarea de investigación relacionada tanto con su labor profesional como con la de su difunta amiga. A pesar de la seguridad de su apartamento y de su amigo y guardaespaldas Mike, Alex se siente acosada; alguien en las calles de Manhattan está al acecho, y cada paso que da la acerca más a su desconocido enemigo.