Jacqueline Darcy fue testigo del asesinato de su hermano, y desde entonces vive escondida en Whitechapel bajo la identidad masculina de Jack Ellis. Cuando le sugieren que se convierta en el asistente del doctor Richmond para descubrir la causa del extraño comportamiento de este, ella acepta, aunque con renuencia. La relación no empieza con buen pie, pero cuanto más conoce al doctor, más se enamora de él, hasta que descubre que aquello que lo atormenta es un enemigo más temible de lo que nadie hubiese podido imaginar. Joshua Richmond tiene dos problemas. El primero es la atracción que despierta en él su nuevo asistente. El segundo, su creciente dependencia del opio, aunque al menos esto último puede controlarlo. O eso cree él. Tendrá que enfrentarse al riesgo de perder a sus seres queridos, a la vez que a sus miedos y más terribles pesadillas, para darse cuenta de que se ha metido en un infierno del que no puede escapar sin ayuda. Cualquier cosa, con tal de conseguir aquello que vislumbró detrás de un beso.