¿Cómo es de delgada la línea que separa la excentricidad de la locura? Claudia es la protagonista de una novela en la que sólo aparece en los recuerdos de su marido Marcos, un hombre desolado, que para salvaguardar su vida, se ve empujado a dejar la seguridad de su rutina. Su mujer e hijo ya no están y él trata de superar la dolorosa pérdida, al mismo tiempo que se ve envuelto de lleno en una compleja trama de obras de arte robadas en los museos de países en guerra, como Irak, y de galerías de arte en las que todo vale para conseguir la codiciada pieza por la que un coleccionista estaría dispuesto a pagar cualquier precio. En Delirios de persecución, la intriga, los robos y los asesinatos se entrecruzan con la que es una de las enfermedades mentales más difíciles de diagnosticar. La manía persecutoria que padece Claudia es el núcleo del que parten todos los caminos de una historia que tiene su origen en el presente, un viaje de Marcos a Santander, pero que nos lleva continuamente al pasado, a través del recuerdo de lo que era su vida en Madrid. Sin dejar de avanzar en la acción, conocemos a Claudia y su terrible lucha con una patología que hace que quienes conviven con ella nunca estén seguros de dónde acaba la realidad y dónde empieza el delirio. En Santander, Marcos conoce a María, otra mujer especial que, como Claudia, se sale de los esquemas preestablecidos y que es quien definitivamente empuja a Marcos a investigar los hechos que acabaron con su familia.