Todo lo que el mundo no quiere va a parar al triste cementerio mundano, allí se extiende hasta el horizonte todo lo que para el mundo es extraño. En aquel cementerio horripilante alguien tiró una pequeña bolsa de basura. Al principio parecía que algo en su interior se movía, se escuchaban ruidos, pero poco a poco se fueron haciendo más débiles y el movimiento cesó. Y todo quedó en silencio... Era el bebé que había nacido con el trueno.