En una tarde de lluvia, Teresa y Lucía inventan un juego en medio de las aguas que lo van llenando todo: las calles, los caminos, las montañas; "pareciera que la Tierra fuera a beberse el cielo", dicen. Con hojas de cuadernos escolares crean barcos, los barcos surcan las aguas y llevan mensajes que van y vienen; los mensajes son versos con los que describen el asombroso mundo que sus ojos ven. Sobre las tenues olas vuelan corazones con alas; lo más pequeño y trivial, como una letra, un botón o un ojal son motivos de palabras y dibujos de un juego circular. Una escalera o un edificio, un buzo o un pez, todo, en una tarde de lluvia, descubrirán.