Niños y adolescentes —como cualquier adulto— no sienten, piensan o temen lo que parece a simple vista. De ahí que padres y docentes necesiten conocer qué sucede en su mundo interior para poder corresponder a su petición muda de ayuda. Los dibujos siempre cuentan mucho de quien los realiza, algo que se guarda pero que, al mismo tiempo, se desea desvelar en busca de ayuda y comprensión. Basta saber interpretarlos, conocer los arquetipos universales que se encuentran ocultos en ellos para saber relacionarlos con la personalidad y entorno de quien los hace. Otro tanto ocurre con sus escritos, posturas, gestos y forma de estar, el hecho de ser diestros o zurdos, hábitos, sueños o juegos. Este libro enseña de una forma sencilla y práctica a interpretar en su conjunto casi 700 elementos, relacionándolos con los sentimientos, aspiraciones, necesidades y experiencias de quienes los realizan. De ese modo satisface una necesidad acuciante de padres, madres y profesorado, pues permite conocer de forma única cómo es y cómo está el niño en todo momento, a fin de ayudarle realmente, compensar alguna carencia, corregir o confirmar alguna sospecha y demostrarle hasta qué punto es querido.