Cuando cogí el libro, pensaba que iba a ir todo entorno a la trama de la muerte de uno de los personajes, pero no es así. Habla de todo lo habido y por haber y al final esa trama queda en segundo plano. De hecho diría yo que es más un libro romántico y juvenil que va sobre las relaciones de las chicas de un pueblo. Aun así no acaba de hablar de todo lo que habla, es decir, es un batiburrillo de todo y diría yo que hay capítulos que no llegan ni con una correlación temporal. A veces, además, la escritura de la autora no me parecía muy buena. Me parece un libro muy 'amateur'. Es un quiero hablar de todo, pero que nada sobresalga sobre lo otro ni haya una trama principal. Un quiero y no puedo. También recomiendo a esta autora que se informe un poco al escribir un libro pues la Hepatitis A ni se contagia por mordiscos ni es una enfermedad crónica. Y yo porque entiendo un poco de la Medicina, pero igual me ha colado otros hechos de los que yo desconozco y me lo creo. En fin, no lo recomiendo, creo que es uno de los peores libros que he leído.

En un principio pensé en una novela de intriga, una novela negra. Ninguna de las dos cosas se perciben por ninguna de sus páginas. Es de estos libros que ni aun leídos sabrías donde clasificar, tiene recetas de cocina pero no podría entrar en libros de cocina, a pesar de haber un crimen no hay una investigación o trama a la que agarrarse o que sea coherente, lo que sí hay es una cantidad algo exagerada de sexo, argumentando ese paso de la infancia a la adolescencia que en muchos de los párrafos suenan bastante groseros, burdos y exagerados tratándose de un grupo de jóvenes de corta edad y más transcurriendo en los años en los que está basada la historia. Nos encontramos en un pueblo ficticio muy arraigado a sus viejas normas y leyes, en una época regida aún por el franquismo, los ricos tenían el dinero y con él, el poder de manejar a su antojo al resto de ciudadanos (mayormente agricultores) de la zona. Un grupo de jóvenes que están en esa complicada fase que es la adolescencia, el querer descubrir, conocer y conocerse, y de querer comerse el mundo, a ser posible lejos del pueblo. Y nos encontramos con la forastera Clara, periodista convertida en una detective poco creíble y por momentos arrogante. Un libro corto, escrito con sencillez, se deja leer con fluidez y poco más.