No he encontrado comicidad en ninguna parte, la verdad. Ella es muy trabajadora, pero más simple que el asa de un cubo. Él es un capullo y un vago redomado. Con semejantes mimbres, la cesta de su matrimonio tiene que hacer agua por todos los lados. La pobreza en la que viven se agrava cuando ella tiene que dejar de trabajar por estar embarazada. Él es alérgico al trabajo y a todo lo que no sea pintar cuadros. Durante el embarazo, el parto y el puerperio, él se comporta como un auténtico cretino, y la familia de él añade números a tanta cretinez. Todo a partir de ahí es un tanto sórdido y más triste que lo anterior. Lo dicho, de cómico no tiene nada.
hace 4 años