Pere Vidal asiste a la ejecución de Serrallonga, el bandolero más famoso de Catalunya para escribir un opúsculo sobre el acto. El personaje y sus últimas palabras antes de morir lo cautivan e iniciará entonces, en contra de la voluntad de su familia y sobre todo de las órdenes y las presiones de las autoridades civiles y eclesiásticas, una azarosa investigación para llegar a descubrir quién fue en realidad Joan Sala, alias Serrallonga, al margen de la leyenda. La novela, cuya trama casi policial que no decae en ningún momento, está magistralmente ambientada en la Catalunya de principios del siglo XVII y en la vida política, social y cultural de la ciudad de Barcelona.