El calor agobiante del verano se ha instalado en la pequeña localidad noruega de Finnemarka. En la soledad de su cabaña la anciana granjera Halldis Horn es hallada muerta de un hachazo. El sospechoso principal es Errki, un muchacho esquizofrénico al que las habladurías acusan también de haber matado a su madre. El carismático inspector Sejer es el encargado del caso. Durante sus investigaciones entra en contacto con la psicóloga de Errki, que cree firmemente en su inocencia. Con su discreta insistencia Sejer rastrea todas las pistas, mientras se busca al desaparecido Errki. El único que lo ha visto es Kannick, un adolescente huérfano con un talento especial para el tiro con arco, que afirma haber visto a Errki en el lugar de los hechos. Karin Fossum teje así la historia de un crimen multifacético en el que los destinos de tres personajes indefensos se entrecruzan trágicamente.