Resumen

El Cerro Rico de Potosí, emperador de todos los montes, pirámide de todos los minerales, palacio de todos los tesoros, es hoy un vertedero de escombros que amenaza con derrumbarse sobre los diez mil mineros que entran todos los días. Potosí fue el escenario de los conquistadores españoles que acumularon la plata, de los barones mineros que instauraron el primer capitalismo boliviano, de la revolución de 1952, las masacres militares y la última guerrilla del Che. Del subsuelo salieron los obreros que tumbaron dictaduras; ahora salen niños que se manifiestan y consiguen leyes para trabajar a partir de los diez años.

1 Críticas de los lectores

10

Son, por derecho propio, vecinas de Dios; viven en las laderas de Potosí, la montaña minera explotada desde la noche de los tiempos. Habitan a 4.500 metros de altitud, cerca del cielo y también de la mina: a un paso del infierno. No tratan de vencer una pobreza heredada de generación en generación, luchan por ordenarla y por administrar el desastre cotidiano al que han sido condenadas. Alicia, la niñita minera, sabe que es niña y que no debería trabajar, pero conoce la situación de su madre y de su hermana, y es consciente de que sin su esfuerzo están condenadas. Las tres son mina por dentro y por fuera, lo dicen las heridas de su piel y los padecimientos de su organismo. Son la periferia de la historia, la literatura y la prensa; son heroínas con poncho y gorro de lana. A través de la vida de Alicia, Izagirre nos acerca a la cruda realidad de las niñas mineras potosinas. Intercala de forma sucinta capítulos del pasado y del presente boliviano y da a conocer a personas que, por su maldad o bondad, merecerían protagonizar una o varias novelas. Siempre en clave minera, siempre atendiendo al papel de la mujer, el libro es una crónica de la crueldad que rodea a la montaña y a sus gentes.

hace 7 años