Un mundo en el que todo cabe, lo impensable y lo que trae el destino, la inverosimilitud y la gracia, la aventura y el infortunio, una bala perdida en México y una maldición en La Habana, un piloto mercenario y tuerto de nuestra guerra al que la muerte pasaba de largo siempre, y los velados recuerdos de un narrador que se hace más misterioso cuanto más reflexiona y cuenta. La voz de Javier Marías es aquí más sobrecogedora que nunca, como si fuera una voz antojadiza e imprevisible pero que conocemos todos, la voz del tiempo cuando aún no ha pasado ni se ha perdido y quizá por eso ni siquiera es tiempo.