Resumen

Lucrecia nació en una familia que logró escandalizar a una época licenciosa. Era difícil que pudiera escapar de la calumnia. Amada por su padre, el papa Alejandro VI, y por su hermano César, ella supo corresponder al afecto de ambos.Cuando Lucrecia se casó con su hermoso marido creyó encontrar la felicidad. Pronto sus esperanzas murieron. Lucrecia se vio frente al asesinato brutal y tuvo que escoger entre el amor por su marido y el afecto por su hermano. Se vio frente a un dilema insoluble: mantener su honor e integridad en medio de una familia sin escrúpulos.Luz sobre Lucrecia es la descarnada historia de los brutales días de los Borgia, cuando toda Italia temblaba ante su nombre y cuando todo hombre temía sentarse a la mesa con algún miembro de la familia. Eran también los tiempos del gran sueño de los Borgia: unir Italia bajo su puño. Vivió Lucrecia atrapada en medio de una red de miedo y de amor.Con su maestría habitual, Jean Plaidy da vida y colorido a una época fascinante y logra proyectar una nueva luz sobre Lucrecia en este segundo y último volumen sobre los Borgia.

1 Críticas de los lectores

10

Una frase que un día apliqué con esta familia es: “los Borgia nunca decepcionan”, y así es. Una segunda parte completamente fascinante, quizá un poco más que la primera. En esta entrega parece que comenzamos a tener el declive de está imperiosa familia. Ya teníamos la muerte de Juan Borgia por el propio hermano, el gran César Borgia. Acontecimiento que representó un golpe muy duro, especialmente para su hermana Lucrecia y Rodrigo “el Papa Borgia, Alejandro VI”. Aquí, ya tenemos un enfoque más enfático sobre Lucrecia Borgia, pero ahora, lejos de Roma y de su núcleo familiar (César y el Papa). La dicha no parece acompañarla todo el tiempo, pasará por muchas pérdidas de hijos (herederos de Ferrara), separación de sus primeros niños tenidos en las primeras uniones, muerte de esposos que plenamente había amado. Y los maridos actuales tampoco parecen amarla y quererla como ella desearía, todo su entorno parece que conspirara contra ella. Sin embargo, otros hombres pretenden ganar más que su afecto, entre ellos Pietro Bembo y Francesco Gonzaga. En los últimos años de su vida, Lucrecia siente que ahora vive una desdicha tan grande proporcional a lo que fue la gloria de los Borgia en Roma antes de la muerte de Alejandro VI. En efecto, esa intocable gloria sólo se debía a una única persona, a su padre el gran Rodrigo Borgia; con su partida también, se iría su poder poco a poco. Realmente, “los Borgia nunca decepcionan”.

hace 2 años