El "Libro de la vida" de Teresa de Ávila tiene una importancia primordial en la literatura española del siglo XVI, pues en él se combinan la autobiografía de la Santa y el itinerario espiritual de su vida religiosa. Dar plasticidad e imágenes en estilo llano castellano a sus experiencias místicas personales constituyó en su tiempo un empeño lingüístico y literario fuera de lo común. El amplio estudio de Dámaso Chicharro que precede a la edición pasa revista a la complejidad de la figura de la autora y sitúa la obra en su justa y múltiple dimensión.