Yo, que si corrí delante de los grises es la crónica sentimental de una época—no sólo la de una resistencia civil— de profundos cambios en los comportamientos sociales, sexuales, éticos y estéticos, en la que emergen los recuerdos de un pasado reciente, cuando unos pocos, apenas un puñado, pretendieron cambiar el mundo y España. Y, ¡qué disparate!, algo consiguieron cambiarlos. Pero es también un antídoto contra la desmemoria interesada de quienes solo han pretendido exaltar y alimentar aquello que les convenía. La total ausencia de quienes luego iban a apropiarse de aquella lucha por las libertades estalla en sus páginas con estrépito y les desenmascara de manera inapelable. Es la reivindicación sentida de los que sí pasaron miedo — sucumbieron a veces al mismo y otras lograron vencerlo—, pero combatieron unidos siempre bajo un mismo grito: “libertad y amnistía”. Por sus páginas desfilan infinidad de personajes célebres de aquel instante clave de nuestra historia. Y lo hacen para bien y para mal, con sus luces y sus sombras; sin rehuir ni de los episodios incómodos, ni de los nombres propios. Al tiempo, muestra con llaneza el día a día de un verdadero militante en aquellos años, en un recorrido donde no faltan los momentos ácidos y tensos (con el crimen de la calle Atocha como punto álgido y tremendamente emotivo), pero donde hay también lugar para el humor y la nostalgia.