Javier Santiso, economista de formación, siente una gran predilección por la poesía y literatura, ya que han estado muy presentes en su vida. Ha publicado varios libros como economista y, en su afán de traducir la obra de Chistian Bobin al español, fundó la editorial “La Cama Sol”, dedicada al arte y a la poesía.
Ha publicado varios libros de poesía, cuentos y una novela.
“Un paso a dos” es su última publicación; un relato íntimo y personal del pintor Edward Hopper bajo la sutil, humilde y triste mirada de su esposa, la también artista Josphine Verstille Nivison.
Con una pluma exquisita, descarnada, muy metafórica y pulcra, Javier sumerge al lector en los pensamientos más introspectivos y sinceros de una mujer que tuvo que hacerse a un lado y proyectar sus sueños y metas artísticas en su marido, al que sostuvo con su apoyo y gran sacrificio.
La novela, diseñada a modo de reflexiones, describe con precisión, detalle, lirismo y sentimiento la disfuncional y tormentosa relación que el matrimonio Hopper mantenía.
Basada en los 22 diarios que Josephine (Jo) escribió a lo largo de su vida, Javier presenta un documental novelado. Un relato desgarrador en donde la propia Jo realiza numerosas reflexiones entorno al arte, la vida y el amor que conmueven profundamente.
Por medio de la narración, se realiza un retrato no solo de Josephine quien se muestra una mujer apasionada a la que no le resulta sencillo liberarse de las cadenas relacionadas con los roles impuestos por la sociedad quedando relegada a la sombra del hombre, si no que también nos presenta, desde otra óptica, a Edward Hopper, reconocido pintor, dominante, complejo, incapaz de demostrar su amor y dejarse amar. Un hombre en cuyo interior se encerraba el perfeccionismo, la autoexigencia, la autocrítica, el narcisismo y la soberbia.
La relación entre ambos personajes descrita en el texto resulta, cuanto menos, impactante y perturbadora, pues no deja de sorprender el grado de sumisión y sacrificio que realiza Jo ante un marido que la ignora, la humilla con su indiferencia y la empuja a dejar sus sueños de lado por ser su musa y guía. Del mismo modo, la incomunicación y la soledad son las bases de un matrimonio que envuelve al lector en un estado de dramatismo, frustración y absoluto pesimismo.
Además de esto, Javier se introduce en algunos de los cuadros del pintor indagando en su diseño, la historia detrás de los mismos y su creación, siempre desde la mirada de Jo, en el que pone de manifiesto su desarraigo emocional al reconocer en ellos episodios de su propia biografía.
Personalmente recomiendo leer la novela de forma pausada y deleitarse, como se hace con un cuadro, de la prosa del autor, pues la narrativa si bien es profundamente lírica puede resultar densa y abrumadora en cuanto a matices y retórica.
Así mismo, hay que poner especial atención a los acontecimientos que se van describiendo pues no existe un orden cronológico como tal y es posible desubicarse por momentos.
En conclusión, “Un paso a dos” es una novela que, a pesar de no adentrarse en la carrera artística y profesional de Josephine Verstille Nivison, sí lo hace en su alma, a través de un profundo y sentido recorrido emocional.
Un recorrido que revela y expande el interior de una mujer que con frustraciones y anhelos vivió, ya sea por decisión propia o por obligación social y moral, a la sombra de uno de los grandes artistas estadounidenses del siglo XX.
Una novela que evidencia y rescata la figura de una mujer que, siendo una gran artista, tuvo que sacrificar su vida en pos de las necesidades de su marido. (Marisa Costa, 5 de septiembre de 2024)
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