Eva, una actriz entregada a su trabajo, interpreta el papel de su vida, un personaje que la cautiva tanto como la intimida: Helena de Troya. Durante el rodaje, Adrià, el actor que encarna a Paris, sufre un grave accidente y de manera gradual Helena y su fatalidad se van apoderando de los miembros del equipo de la película en una serie de desgracias. No obstante, en el momento más terrible aparece una luz de esperanza cuando el tío desconocido y multimillonario de Chiara, la doble de Eva en las escenas de riesgo y esposa de Adrià, la invita a un crucero con el fin de tomar una decisión trascendental. Con sus compañeros de rodaje, Eva y Chiara urdirán un plan para conseguir lo que desean y poder terminar la película.