Estados Unidos, primera década de los años cuarenta. Styron nos sumerge en la historia de una familia, bien situada económicamente, anclada en una educación decimonónica frente a una nueva generación más moderna. El Sur asoma oscuro y siniestro en el trasfondo de la novela, lanzando su retórica bíblica, su conflicto entre una tradición fundamentalista frente al escepticismo moderno con sus contradicciones raciales, y la industrialización de una sociedad rural.