Una niña de ocho años ha desaparecido durante una fiesta en el jardín de su propia casa. Nadie ha visto ni oído nada, pero Adam Fawley, el inspector encargado del caso, sabe que en nueve de cada diez casos el responsable de la desaparición de un menor es alguien del entorno más cercano.
A partir de ese punto, Cara Hunter nos sumerge de lleno en una enrevesada investigación policial en la que, como fichas de dominó, los sospechosos van cayendo uno a uno según se verifican las coartadas. Surgen, sin embargo, nuevos indicios que vuelven a incriminarlos.
“¿Quién se ha llevado a Daisy Mason?” tiene una estructura diferente a la habitual. No hay capítulos y la historia está contada en primera persona por el inspector Fawley y por un narrador omnisciente. Ambas partes se mezclan con Tweets y publicaciones de Facebook que reflejan la enfervorecida reacción de las redes sociales a cada uno de los titulares de la prensa.
Me ha gustado el libro, aunque a veces puedes llegar a perderte un poco porque la línea temporal y argumental no son continuas, sino que saltan constantemente cada pocas páginas. Cuando los investigadores dan con una pista clave, cambia el punto de vista de la narración y te quedas con la duda de si el caso está resuelto o no.
Este es el primer caso del inspector Fawley. Poco ha contado la autora sobre él, bien con la idea de contarnos más en futuras entregas o por innovar y dar protagonismo a la propia investigación y no a quienes la llevan a cabo.
Una novela policiaca con continuos giros argumentales que desemboca en un final que te pilla desubicado y que refleja aquello de que quien más te quiere te hará llorar. (Ana García, 9 de marzo de 2020)