De padre español y familia de artistas, Margarita Carmen Cansino trabajó desde niña en los escenarios de todo Estados Unidos. Al llegar a Hollywood se convirtió en Rita Hayworth: el mayor símbolo sexual de los años cuarenta. Pero en la memoria del cine, su nombre está unido íntimamente a una película: Gilda. Su rol en este film parecía un reflejo de la auténtica Rita, la estrella que aparentaba tener todo cuanto una mujer puede desear: belleza, fama, riqueza y poder. En realidad, la legendaria ‘diosa del amor’ era insegura, inquieta y buscaba constantemente una salida por medio del sexo, el alcohol y la conducta autoindulgente. Sentía que su espectacular belleza era una maldición, porque los hombres sólo deseaban su físico, no su personalidad. A lo largo de su vida, la atormentada Rita fue explotada por su padre, por los estudios y por sus cinco maridos. En sus últimos años, cuando hubiese debido disfrutar del fruto de décadas de trabajo, se hundió en un marasmo de alcoholismo hasta que la terrible enfermedad de Alzheimer la llevó a la muerte.