Después de que las fuerzas imperiales sufrieran una aplastante derrota a manos del Caos, Alaric, el caballero gris, es capturado y llevado a un mundo demoníaco en el Ojo del Terror. Desprovisto de su armadura y de sus armas, se ve obligado a luchar como gladiador para sus señores, quienes adoran al dios Khorne. Sólo podrá escapar si encuentra un arma legendaria con el poder suficiente como para destruir a las fuerzas del Caos que lo mantienen prisionero. Obligado a someterse a la voluntad del Dios de la Sangre y a convertirse en un verdadero monstruo, deberá combatir mutantes, xenos, guerreros del Caos y al terrible Duque Venalitor para poder liberarse del yugo de sus captores. Finaliza la saga de Los Caballeros Grises.