Veinticuatro dólares. Ése es el importe que en 1626, según cuenta la leyenda, los colonos holandeses pagaron a los nativos americanos a cambio de Manhattan. La historia real, sin embargo, es otra. En esta exhaustiva investigación, Russell Shorto desmonta el mito de origen de la isla y narra las peripecias de aquellos aventureros. A partir de registros holandeses del siglo XVII, traducidos hasta hace muy poco por el erudito Charles Gehring, Shorto trae a la vida el exuberante drama humano que yace detrás de la fundación de la colonia, enclave comercial abierto al intercambio cultural y a la tolerancia religiosa. Es una historia desconocida, la de aquellos emprendedores pioneros, procedentes de una cultura tan progresista como lo fue la holandea dels siglo XVII, y cuya repercusión en la historia de Nueva York es mucho más profunda de lo que hasta ahora hemos conocido.