Jesús Fernández Santos pertenece a ese grupo de escritores que irrumpe con sus publicaciones en los años cincuenta del siglo XX y que manifiesta su disconformidad con el estado de las cosas, dando lugar a la llamada “novela social”: Fernández Santos fue también pionero en la escritura de la novela histórica («Extramuros» 1978) y en la corriente neorrealista («Los bravos» 1954). Con el «Libro de las memorias de las cosas» obtuvo el Premio Nadal en 1970. Raras son las novelas que en la literatura española han concedido al tema religioso del protestantismo un papel relevante: Galdós en «Rosalía» Delibes en «El hereje» y Fernández Santos en el «Libro de las memorias de las cosas» lo han hecho. El aislamiento que rodea la Comunidad de Hermanos protestantes le sirve para ahondar en uno de sus temas habituales: el principio de libertad en contra de las «vallas» ciegas que pretenden aislar y encerrar conciencias con reglas y normas restrictivas o defensivas.