Estoy sin palabras delante de esta obra, opera prima de nuestra compañera de grupo Sandra Aza, extensa obra en las que nos demuestra una maestría impropia de una primera obra.
En la historia nos encontraremos con multitud de personajes que la autora va introduciendo de manera progresiva, forjandolos y acompañandolos hasta que el lector los adopta como lo que son, personajes relevantes en la historia, enmarcados perfectamente en la época, con su lenguaje, vestimenta, actitudes y maneras de pensar de los madriles del Siglo de Oro.
Muchas clases magistrales encontramos a lo largo del libro, las más palpables son las magistrales descripciones de la vida en el Madrid del siglo XVII, tanto por el detalle usado en mostrarnos los usos y costumbres de la época, como en la descripción de sus edificios, plazas, vias, y en las notas aclaratorias a pie de pagina que detallan la evolución y los cambios que se han sucedido en ellos desde esos tiempos pretéritos.
Una clase magistral también en el lenguaje usado: esmerado y pulcro, que lo hace muy acorde a la época en que transcurre la historia, además está repleto de palabras caidas actualmente en deshuso pero vigentes entonces y lleno de coplillas, frases hechas y expresiones coloquiales usadas por los escritores de la época (la misma autora ha reconocido que se encariño con ellas leyendo a los clásicos del Siglo de Oro) y que nos hacen más llevadera la historia.
Una clase magistral en todo lo relativo a los naipes y dados: los garitos donde se podía jugar, los tipos de jugadores, los diferentes clases de juego y todas las flores (trampas) que se usaban para desplumar a los incautos.
Pero sin dudas, la más importante de las clases magistrales, es la que recibimos en relación al proceso inquistorial, descripción muy detallada de todas las fases del proceso, desde la apertura del expediente, la solicitud de permiso para iniciar el juicio, el arresto y confinación de bienes, el interrogatorio, las amonestaciones, las torturas, las penas, los tipos de pregones, los autos de fe, las abjuraciones (retractaciones)..., es decir, todo lo que acontecía en relación a dicho proceso, y también de todos los que en el participaban: magistrados, comisarios, abogados defensores, fiscales, escribanos del secreto, aguaciles... y del papel que interpretaban en el proceso.
Penas, alegrías, ternura, amor, amistad, maldad, crueldad, mucha ironía, el gracejo típico madrileño, momentos muy intensos, otros entrañables, bastantes muy bonitos y algunos francamente duros hacen que el lector viva la historia... riendo, sonriendo, horrorizándose y también llorando.
He aprendido mucho en esta obra, además de lo ya reseñado, hay muchas palabras de las que desconocía el significado, como por ejemplo “filfa” que es el equivalente a nuestro actual “fake”, además también he aprendido que juntando dos palabras, se pueden crear palabras nuevas: lanzahuevos, menteflorida, muerdebotas, escupecruces, cebabruites, cagatintas, ...
Si no lo habéis leído, os invito a que lo hagais, seguro que no os dejará indiferente.
hace 3 años
9
0