Françoise Sagan, que con implacable y crítica mirada, ha desvelado en sus novelas los vicios y las corrupciones de nuestra época, vuelve aquí sus ojos al turbulento mundo del Renacimiento italiano. Un extraño mundo, mezcla del máximo refinamiento y la más feroz brutalidad, donde las grandes creaciones de las artes y las letras brillaban en los mismos escenarios en que el veneno o el puñal eran los medios usuales para hacer posibles las más desenfrenadas pasiones. Sexo y religión, arte y violencia, amores y odios enloquecidos, asombrosas riquezas y aterradora miseria, la santidad y el mal, son los continuos contrastes en el que se movieron los grandes protagonistas de esa época inolvidable. Y brillando con luz propia, entre nobles guerreros, altos dignatarios eclesiásticos, poetas y pintores, rufianes y prostitutas, dos hermanos que harían historia: César y Lucrecia Borgia. Hijos del papa Borgia, intrigante sin escrúpulos, tenaz y ambicioso, heredaron de su padre unas personalidades para bien y para mal, fuera de serie. Separados cuando niños, vuelven a encontrarse años después y una pasión ciega se enciende entre los dos. Son hermanos, habían sido amigos en su niñez, ahora serán algo más: amantes. Y esa pasión incestuosa, que daría un hijo a Lucrecia, es el gran motor que mueve el brazo de hierro de César Borgia. Esa pasión y la ambición heredada de su padre harán de él en pocos años el hombre más temido de Italia. Cruel hasta lo inenarrable, vengativo y despótico no dudará en mandar asesinar a su hermano mayor o a su cuñado, cuando la pasión lo requiera. Pero César es también hombre cultivado que admira las pinturas del Vaticano, tiene como consejero a uno de los teóricos políticos más importantes de la historia: Nicolás Maquiavelo, y le gusta conversar con otros consejeros llamado, ni más ni menos, Leonardo Da Vinci. Tumultuosos como su época y en parte creadores de esa época, hundidos al fin, en plena juventud, por ese mismo mundo corrompido en el cual amaron y mataron, los Borgia dejaron huellas indelebles en el Renacimiento. La sangre de sus enemigos y la sangre dorada de los Borgia no se han borrado todavía de las piedras milenarias de Roma. Françoise Sagan, la mundialmente famosa autora de "Buenos días tristeza", novela con la que muy joven alcanzó un éxito sin precedentes, ha escrito también otros libros de indudable resonancia: "Una cierta sonrisa", "¿Le gusta Brahams?", "La cama vacía", llevadas al cine con gran fortuna.