Septima entrega de la serie. Durante la tradicional competición de barcos en el río, un tamborilero aparece asesinado. Pero, como suele suceder en las novelas de Di, no es éste el único ni el más interesante caso al que debe enfrentarse el sagaz juez Di. El sadomasoquismo, la prostitución, una vieja leyenda acerca de una joya imperial, el tráfico de antigüedades y algunas macabras tradiciones rurales constituyen sólo algunas de las derivaciones de una trama apasionante que, como sucede siempre con las obras de Van Gulik, se leen en un suspiro y sin poder dejar la novela hasta llegar al final.