Si os asomarais al escaparate de “La tía Paula”, os encontraríais a una joven rubia preparando deliciosos pasteles; mientras, una gata blanca de ojos verdes vigila todo lo que ocurre dentro de la cafetería. La librería café, sin embargo, no es el hogar de Mimi. ¿Cómo ha llegado allí?
Todo comenzó cuando Susan, después de una visita al traumatólogo, decide viajar a Ischia, una isla mediterránea en la que solía veranear junto a su difunto esposo.
Quiere volver a recorrer sus calles, sentir el sol sobre su piel y recordar los buenos momentos que pasó allí junto a su marido. Pero para poder marcharse necesita que alguien se haga cargo de Mimi, una gata que apareció de repente en su vida y le ha hecho mucha compañía los últimos meses.
Le pide el favor a Leonie, una vecina a la que tiene un cariño especial pese a la gran diferencia de edad. La joven acepta con cierta reticencia; nunca ha tenido una mascota, pero sabe que la gata es muy importante para Susan.
Lo que Leonie no imagina es que Mimi va a convertir su vida en un caos. Amante del orden, de los zapatos y de la buena literatura, se enfrenta a una pequeña tigresa que no solo destroza algunos de sus libros y zapatos favoritos, sino que está empeñada en no dejarla dormir.
La joven, desesperada, decide pedir ayuda a Maxie, su mejor amiga; y esta acepta cuidar a Mimi. Pasará el día junto a ella en la librería café que ha abierto gracias a la herencia que le ha legado su querida tía Paula; por la noche la subirá a su casa.
La librería café de los gatos, de Charlie Jonas, es una preciosa novela “feel-good” capaz de iluminar hasta el más triste de los días. Y lo consigue gracias a buenas dosis de humor, romanticismo y gatos.
La autora, que escribe esta novela bajo seudónimo, comenzó a escribir esta historia durante la pandemia. Y desde un primer momento tuvo claro que daría a las tres protagonistas el final feliz que merecían. ¡Y vaya si lo consiguió!
Pero no penséis que todo será miel sobre hojuelas porque no solo Mimi tiene un gran carácter, sino también Leonie y Maxie: sus vidas se pondrán patas arriba cuando un abogado y un periodista con un sarcástico sentido del humor se cruzan en sus vidas.
Una novela deliciosa, y no solo por las recetas de pasteles que podéis encontrar al final del libro, sino por sus protagonistas, unos secundarios maravillosos (¡ese camarero inglés es una joya!) y por los gatos que se convierten en los dueños de la cafetería y del corazón de sus clientes. (Ana García, 28 de septiembre de 2022)