La huella de una carta de Rosario Raro está protagonizada por Nuria, una mujer casada con un comercial al que apenas ve. Para aliviar su soledad y realizar, en parte, su sueño de ser escritora, acepta un trabajo que consiste en responder las cartas que no da tiempo a emitir en el consultorio radiofónico de Elena Francis. El trabajo parece sencillo: contestar las misivas del programa siguiendo las directrices de la empresa y del padre Vilesermes. Pero todo cambia cuando recibe una carta en la que una mujer habla de niños que han nacido con terribles malformaciones. Desde ese momento y ayudada por su compañero Boro, la protagonista debe descubrir el origen de las malformaciones e intentar que la medicación que la causa sea retirada del mercado lo antes posible para evitar que haya más víctimas. Partiendo de hechos reales, la autora nos presenta una ucronía, en la que nos narra lo que debería haber pasado con las víctimas: la ayuda y justicia que deberían haber recibido y por la que a día de hoy, más de cincuenta años después, siguen peleando en los tribunales. Al hilo de esta terrible historia, también descubrimos la trastienda del famoso consultorio de Elena Francis: un programa de radio al que muchas mujeres escribían pidiendo consejo y que no recibían la ayuda que realmente necesitaban debido a la férrea moral católica de la época. Una novela maravillosamente narrada de la que destacaría especialmente la gran fuerza de los personajes, el exhaustivo trabajo de documentación y el homenaje que se rinde tanto a las víctimas de un medicamento que jamás debió salir al mercado y también a las mujeres que desafiaron a sus maridos y empezaron a trabajar en aras de conseguir libertad e independencia. Por último, quería comentaros una cosa: si compráis este libro, no sólo disfrutaréis de una novela magnífica, sino que contribuiréis con AVITE, la asociación de víctimas de la Talidomida en España, ya que la autora dona parte de los derechos de autor. (Ana García, 21 de noviembre de 2017)
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