Feliks, Kazimierz, Eugeniusz y Ludwick conviven con las heridas de una ciudad que no acaba de resucitar y recorren las ruinas de Varsovia como si recorrieran sus propias vidas despedazadas por la guerra: entre paseos que se adentran en los escombros, borracheras que miran al abismo, libros perdidos y reescritos interminablemente o cementerios donde germinan historias de vivos y muertos. Junto a ellos, Olga, Marianka, las hermanas Kasia y Gosia, un barbero, un escritor y un grupo de presos comprenden que sobrevivir significa reconstruir partiendo de las ruinas y que el sentido de la existencia está en la belleza, donde sea que haya que buscarla.