Apreciable fábula, sin duda alguna. Esta novela corta, aunque en rigor sería más acertado denominarlo cuento largo, tiene su interés y fascinación, tanto por el tema como por el estilo, siendo esto último (prosa efectiva, delicada, directa, ágil y con belleza) lo que más me ha satisfecho.
El protagonista nipón, metáfora de una especie de “samurái” interior, que sigue un cierto código y unas costumbres, y no le queda más remedio que emprender una “batalla” con su propia individualidad, el amor, la fidelidad y las convenciones sociales.
Sin embargo, mi sensación al terminar ha sido “ganas de más”. Creo que hubiera mejorado el relato si Mori hubiese ampliado ciertos pasajes y situaciones, especialmente el final y lo concerniente a diversos sucesos de la bailarina. Que, por cierto, el personaje de la bailarina debería tener más presencia en el relato, su amor obsesivo y enfermizo me ha recordado algún protagonista femenino de Zweig, y pido perdón por el anacronismo.
Un autor a tener en cuenta y que da pie a descubrir otro escritor afín a él como es Soseki. Muy buena y oportuna la introducción/análisis que acompaña a esta cuidada edición, realmente necesaria para apreciar mejor la obra, la época y su autor.
hace 10 años
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