En el año 1521, durante la dinastía Ming, la aparición de una nueva estrella es interpretada por los astrónomos de la corte como un augurio funesto cuyo conjuro exige que el emperador abandone la capital durante un tiempo. Así pues, Su Majestad, Zheng De, emprende un viaje hacia el sur en una nave flotante tan lujosa como un palacio, acompañado de trescientas hermosas concubinas, más de seiscientos eunucos y sus cuatro dobles, tan parecidos al soberano que resulta imposible atentar contra él. Apasionado del opio, la caza y el sexo, Zheng De se distrae con la práctica de sofisticados juegos eróticos inspirados en las enseñanzas de Confucio mientras navega rumbo a su destino, la rica ciudad de Yangzhou, donde le aguardan aventuras no menos excitantes como la caza de rinocerontes y una extraña criatura nunca vista. Pero ninguno de los placeres que tanto seducen al emperador puede hacerle olvidar que Eros y Tánatos suelen ir de la mano, y que por tanto convendrá prepararse para todo aquello que el destino le depare.