¿Dónde está el límite entre la realidad y la ficción?
¿Quién escribe nuestros guiones?
¿Quién nos dicta las respuestas?
¿Nosotros formulamos libremente las preguntas? 
Descúbralo en “EL MÉTODO REALISTA”, la novela en la que cada personaje hace un papel con sus luces y sombras.
Nada es lo que parece.
“El pasado es una máquina semoviente; el presente, la comodidad disfrazada de palabras vacías; el devenir, la trampa inmovilista en la que hemos caído.”

La acción transcurre en Madrid. Anselmo Valdellano, el dueño de una empresa internacional, es asesinado dos días después de comunicar la última voluntad a sus tres hijos. La noticia causa un gran impacto a nivel mediático, pues se trata de una familia distinguida cuyos secretos salen a la luz. Este caso coincide con la primera investigación de Tano, un criminólogo y policía en prácticas que llega a la comisaría de la Ciudadela para ayudar a la oficial de policía Nuria Ballesteros y al policía Leonardo Sepúlveda a resolver el caso.

Mirta, la madre de Tano y, por más señas, policía en la comisaría de la Ciudadela, lleva desaparecida desde hace dos años. Preocupado, Tano empieza a investigar sobre su paradero, preguntando a su amigo Gervasio, a su tío Javier y a la tía Águeda. A medida que investiga el caso, descubre pistas similares entre la desaparición de su madre y el caso Valdellano.

Natalia Valdellano, la benjamina de la familia, recibe la proposición de un director para representar el papel protagónico de una obra teatral, cuyo argumento versa sobre la desaparición de Mirta y el caso Valdellano. Natalia se mete en la piel de Mirta hasta tal punto que no distingue la realidad de la ficción. La resolución del caso depende de la paciencia de Tano, que recibe dos extrañas cartas sobre la vida de su madre. El destino lo lleva a la Cafetería Parnusa, un café literario donde acuden los literatos más pintorescos y bohemios a buscar inspiración.