Historia de un jubilado que decide emprender un viaje a pie. El libro se deja leer, pero a mí no me llegó a atrapar.

Harold Fry ya está jubilado. Su vida aunque acomodada, no es del todo feliz, es monótona, mediocre y aburrida, burguesa y convencional. Su matrimonio es de color gris. Su vida necesita un cambio y no lo sabe hasta que impulsado por no se sabe bien qué resorte empieza a caminar para entregar en mano una carta a una ex-compañera de trabajo que padece un cáncer terminal y que está ingresada en la otra punta del país. Aquí empieza su peregrinaje, y con él la superación de una crisis existencial que marcará un antes y un después. Mientras camina, reflexiona, recuerda, aprende, y tiene experiencias insólitas. Realiza un viaje interior. Con sus recuerdos, vamos conociendo al personaje y entendemos las razones por las cuáles realiza este curioso viaje. La novela es muy amena y entretenida. Se lee muy bien y atrapa desde la primera página. El lector no se aburrirá puesto que a Harold le ocurren aventuras de lo más curioso y variado, conociendo a personajes interesantes y algunos de ellos bastante excéntricos. A veces, uno piensa que a lo largo de su camino, el protagonista encuentra a pequeña escala una representación de la clase de personajes que puedes encontrarte en la sociedad inglesa, siendo bastante crítico en algunos casos, pero siempre desde el respeto. Me he divertido mucho con este libro, también me ha hecho pensar. Lo recomiendo.

De Raquel Joyce había leído la sorprendente “El año que duró dos segundos”, que me gustó muchísimo, pero “El insólito peregrinaje de Harold Fry”, no me ha gustado tanto. Con una trama no exenta de emotividad y un estilo sencillo y ameno, la autora utiliza una historia poco creíble, la de un jubilado quien, por un encomiable motivo, realiza un viaje a pié, de sur a norte de Inglaterra, que, sin pretenderlo, le servirá para tener el valor de asumir sus errores del pasado, lo que dará un vuelco a su vida. La autora, con un estilo depurado y detallista, aprovecha asimismo este viaje de casi 1.000 Kmts. para ir desgranando diversos paisajes de la campiña inglesa, a la vez que realiza un particular retrato de sus ciudades, sus monumentos y sus variopintos habitantes, que van interactuando con el protagonista, hecho que le ayudará para a que poco a poco sus terribles recuerdos y sus ocultos sentimientos vayan emergiendo del abismo donde los tenía enterrados durante años, hasta poder enfrentarse a todos sus fantasmas y llegar al final de su emotivo peregrinaje personal.

Me ha aburrido la gran parte del tiempo. Lo empecé con ganas y luego lo he dejado. El final ha estado bastante interesante, pero no lo recomiendo demasiado.

La historia como tal es muy bonita, pero me faltó emocionarme y esas sensaciones al leerlo que te llevan a vivir su historia... Me decepcionó bastante.

Una linda historia llena de mensajes y mucho sentimientos que se viven paso a paso con el gran Harold.