Libro diferente a todo lo que suelo leer, tanto por su argumento como por el desarrollo posterior de cómo sigue la historia. Su ritmo es bueno, dinámico. Me sorprendió de principio a fin; tanto la trama como el nudo del libro, y terminando con el desenlace. A mitad de la novela hay un giro que no esperaba para nada y que me hizo valorar más la historia, para mí, la enriqueció. Me hizo llevar mejor el confinamiento ya que me acompañé de su lectura y consiguió que no quisiera dejar de leerlo. Es un libro original que no paro de recomendar a la gente que me pide consejo sobre "algo" distinto para leer a lo habitual, a la novela al uso. Por otro lado también me resultó bonito, conmovedor. Creo que no deja indiferente a nadie que lo lee. Totalmente recomendable.

Emmet Farmer recibe una misteriosa carta que le cita a incorporarse como aprendiz de encuadernador. Es una profesión que despierta miedo y superstición en su entorno porque los libros están prohibidos, pero al ser un humilde campesino no tiene otra opción que abandonar la granja familiar y aceptar su destino. En la casa de su maestra aprenderá a elaborar libros que, más allá de sus preciosos acabados, son tomos mágicos: conservan los recuerdos y secretos que las personas quieren olvidar por una u otra razón. Esos libros quedan guardados con llave en una cripta, bajo su taller. “El encuadernador”, de Bridget Collins, es un libro que me ha despertado sentimientos encontrados. Esperaba un libro de fantasía en el que se nos explicara el origen y funcionamiento de la encuadernación, pero esta premisa es solo una «excusa» para narrarnos una historia de amor. La historia está dividida en tres partes. La primera nos presenta a Emmet y nos da pinceladas de lo que es el trabajo de encuadernador, aunque no nos desvela prácticamente nada de cómo funciona, ni por qué solo unas cuantas personas lo pueden realizar. La segunda nos muestra cómo era Emmet antes de convertirse en encuadernador. Nos habla de su vida, de su forma de ser, de su familia y también de cómo conoció al amor de su vida. Un amor abocado al fracaso porque rompía demasiadas barreras en la época en la que transcurre esta historia. De la tercera parte lo único que puedo contaros es que nos muestra el lado más cruel de la encuadernación. Porque, a priori, es una idea magnífica poder borrar de nuestra mente y de nuestro corazón aquello que nos duele, pero como podéis imaginar no es oro todo lo que reluce. ¿Me ha gustado el libro? Sí, pero con matices: como os comentaba antes, me he quedado con ganas de saber más sobre los encuadernadores; la historia, además, merecía un final menos abierto. Cierto es que cada uno puede elegir el que quiera, pero después de lo mal que lo pasa la pareja, me hubiera gustado saber y no imaginar, cuál sería su futuro. Obviando esos detalles, la historia es bonita y me ha tenido encandilada de principio a fin.

Que alivio terminar este libro y así poder seguir con otros. No lo he dejado a medias porque odio hacerlo, me entra una especie de culpa. Es uno de los libros más pesados que he leído nunca, en serio no exagero. Vas leyendo pesando que cambiará y se volverá interesante y nada. No esperen encontrar nada sobre el tema de la encuadernación, apenas se habla de ella. Este libro es básicamente una historia de amor. El tipo de narrativa es odiosa, descriptiva a más no poder, diría que casi todo el libro son descripciones, y de vez en cuando pasa algo. Sobre todo lo relacionado con la meteorología, la autora tiene obsesión con describir eso. A mi me cuesta mucho distraerme pero con este libro estaba cada dos por tres buscando excusas para hacerlo. Lo único bonito de este libro es la encuadernación del mismo. Es una pena porque la idea de encuadernar recuerdos era muy buena, y al final para mí gusto la han chafao.

Menudo chasco.... No he sido capaz ni de terminarlo. No me gusta dejar libros sin terminar pero llega un punto que no merece la pena seguir perdiendo el tiempo con un libro que no te está aportando absolutamente NADA. Supongo que las altas expectativas que llevaba por las buenas críticas que había leído jugaron en contra, pero me ha parecido tan vacío como bonita es la portada. La historia es leeeeeenta, el tema de la encuadernación se trata muy por encima y ninguno de los personajes me transmitió nada. Es una pena porque la idea no era mala y podía haber dado mucho de sí.