EL COCINERO DEL 27

EL COCINERO DEL 27 IGLESIAS DE PAÚL, SANTIAGO

Portada de EL COCINERO DEL 27
Nota media 8 Muy bueno 3 votos 2 críticas

Resumen

Amores, humor y tragedia están servidos a partes iguales. Enero de 2020, Madrid. Malos tiempos se han de vivir en la capital y en el mundo entero. La COVID-19 llama a la puerta. En la novela hay espacio para el recuerdo a todas las víctimas y también cierta dosis de crítica. Porque todos lo hemos vivido y sufrido y porque todos sabemos de qué estamos hablando. Sin embargo, pese a la dureza de la época en que se desarrolla, el lector encontrará en los diálogos de esta novela bastantes detalles y chispas de humor, algo tan necesario en la literatura. Serán un cocinero, el dueño del restaurante, dos camareros, algún músico y otras buenas gentes los protagonistas de esta historia que de una manera sencilla descubren al lector sus vivencias por ese Madrid en los tiempos de la pandemia.

2 Críticas de los lectores

El cocinero del 27, que bien podría llamarse del 69 pero que termina llamándose de María y José, es una persona normal, como cualquier otra, que si volviese a nacer, volvería a escoger el mismo camino, incluso con sus malas decisiones. Alrededor de este cocinero, se mueven todo un elenco de personajes de lo más variopintos. Encontraremos la historia de Pedro y Concha que, por fin, ven venir el sueño dorado de la jubilación, la de Sebas que se mueve entre las camillas del hospital y entre más de una falda, la de su primo Javier que intenta hacer triunfar a un grupo de Dinosaurios y, ¿por qué no? triunfar también en el ámbito emocional y la de Mariajo que intenta escribir su propia historia (en más de un sentido). Todas ellas dan sentido a esta novela que, a través del cambio de personaje, nos irá desvelando y configurando este caleidoscopio de situaciones cotidianas en las que más de un lector se verá reflejado. La novela se desarrolla en el período que transcurrió entre pre y post confinamiento y me ha llamado la atención recordar esos primeros días, en los que veíamos todo muy lejano y no teníamos ni idea de la que se nos venía encima. Me ha gustado que tratase este tema, aunque las páginas que dedica a confinamiento y post confinamiento son menores que la primera parte, resultando ésta algo más extensa.
La prosa de Santiago es fresca y engancha, no se entretiene en excesivas descripciones y permite que vayamos teniendo pinceladas de cada uno de los personajes para ir construyendo su propia historia a lo largo de la novela. Conoceremos pues, algunos acontecimientos del pasado de ciertos personajes, mientras vamos avanzando con todos ellos hacia el futuro. Me ha gustado mucho que el autor sea capaz de utilizar un tipo de vocabulario y expresiones distintas, según la edad del personaje que habla y el uso de capítulos cortos, encabezados por el nombre del personaje y la fecha, también me ha resultado muy útil para poder ubicarme. El único inconveniente que he encontrado es que al haber tantos personajes y presentarlos desde el principio a casi todos, en un primer momento da una sensación de ir un poco perdida, pero lo he solucionado muy rápidamente haciendo una lista de personajes con una o dos características de cada uno y enseguida me he ubicado. Quizá, sería interesante, en una segunda edición, incluir algo así, pero para aquellos que tengáis buena memoria no será un inconveniente.
La trama es entretenida, ya que va cambiando de un personaje a otro y, en ocasiones te deja intrigada por saber qué pasará o qué está pensando alguno de ellos y hasta que no vuelve a tocarle el turno, resulta difícil abandonar la lectura. Es un buen recurso que ha sabido aprovechar muy bien Santiago.
Se agradece el tono cómico que impregna casi toda la novela con momentos como cuando nos presenta a la hija del dueño de un restaurante asiático llamada Mano y apellidada Li, a la que todos llaman “Manoli” o diálogos divertidos que se prestan a confusión sobre el título de cierta canción. Incluso en los momentos tristes, tiene una forma bonita de relajar la tensión como cuando hablando sobre una relación que se apaga, nos dice que “las caricias hacían huelga”.
Recomendaría su lectura a aquellos lectores que disfruten de las novelas con varias historias. Es una novela fresca y divertida, aunque no por ello poco formal, sobre los amores, amistades, conflictos, miedos… que todos hemos podido sentir alguna vez. (Gloria Mª Martínez Tarazona, 25 de abril de 2022)

hace 2 años
9

Te vas a entretener con este libro, que de eso se trata. Y te reirás con algunso capítulos.

hace 2 años