Hace mucho tiempo que no lloraba así con el final de un libro. Sí, se veía venir, sí, era predecible. Pero tocó una fibra demasiado sensible en mi ya que soy amante de los perros. Lo cual me deja en una encrucijada, ya que por la manera en que me llega al corazón se merece un 10, pero no puedo dejar de lado el hecho de que como historia no tiene nada del otro mundo. Por momentos se me hicieron demasiado tediosos los tecnicismos sobre las carreras y las referencias que realmente no me interesaban. Fuera de eso, es una lectura ligera, tierna y sonará tonto, pero de verdad pensaba que era un perro quien narraba. El autor hizo muy buen trabajo creando la perspectiva de Enzo sobre todo lo sucedido. Solo me resta decir: corre mi querido Enzo.
hace 3 años