La tragedia que siguió al 18 de julio de 1936 quebró la vida de miles de españoles. La guerra supuso la aniquilación del enemigo, pero eliminarlo físicamente no fue suficiente. Desde el primer momento, borrar el recuerdo y las ideas de los partidarios y promotores de cualquier cambio sociocultural, científico, moral o económico se convirtió en el objetivo primordial de los sublevados.
El doctor Vicente Romera, madrileño de nacimiento y cordobés de adopción, no fue una excepción. Pese a dejar constancia de su bondad, corrió la misma suerte de quienes cometieron el error de creer en la modernización de España.
“Doctor Romera” es una biografía que adolece de cierta rigidez en alguna de sus partes, rigidez propia de aquellos libros que tienen como base la historia local. En este sentido, cabe recordar que la proyección regional del biografiado fue más intensa que la nacional. No existe, sin embargo, desconexión entre la peripecia vital del protagonista y su época, aunque entre el lector y determinados capítulos puede surgir cierto distanciamiento. No obstante, Martín Blanco nos descubre a un personaje excepcional desde un punto de vista científico y, sobre todo, humano, siendo digno de mención su trabajo como investigador.
La recuperación de su figura y la meritoria inclusión de sus discursos y conferencias acercan a los amantes de la historia contemporánea de España y de la ciudad de Córdoba a una voz acallada demasiado pronto. (Jorge Juan Trujillo, 12 de mayo de 2021)